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COLECTIVIDAD PARAGUAYA EN MISIONES

La tradición de un pueblo hermano
Oberá debe su nombre al pueblo guaraní y significa que brilla, por lo que resulta casi imposible no hablar de un Paraguay inmigrante ya que eternamente los lazos entre los dos paises estuvieron estrechamente ligados.

Si bien los paraguayos estuvieron vinculados a Oberá y a Misiones desde su creación, su presencia se tornó mayor luego de la guerra del Chaco.

La historia de la Zona Centro fue marcada con la presencia de varias familias de origen paraguayo forjando a la par de los otros tantos inmigrantes que inclinaron sus espaldas para labrar el suelo. De entre aquellas familias se destacan, entre otras: Benítez, Galarza, Silvero, Portillo, Saucedo, Rivas, Fabio, Goiris, Zárate, Viveros, Ferreira, Zúñiga, Bogado, Báez, Cubillas, Vallena, Esquivel, Cáceres, Menoret, Sales, Roa, González, Patiño, Sánchez, Ríos, Ramírez, Grehring, Guastavino, Mussi, Calcena de Derna, Prieto, Prette, Ibarra, Jacob, López, Burgos, Argüello, Careaga, Chamorro, Rojas, Aguilar, Mancuello, Escobar, Sanabria, Cabañas, Villalba, Trinidad, Mereles, Cuquejo, Molas, Wicktron, Santander, Ladines y Martínez.

Yan en los años 60 el Centro de Residentes Paraguayos de Oberá tuvo la iniciativa de fomentar las tradiciones del Paraguay y especialmente la fiesta del 14 de Mayo, día de la Independencia de ese país hermano.

Desde la primera Fiesta del Inmigrante este pueblo dijo presente y desde entonces no decayó y constantemente trajo todo el colorido de sus trajes y el sabor de sus comidas que atrapan a muchos visitantes debido a la cercanía de sus gustos.

Durante las cuatro jornadas en las que se extendió la primera edición de la fiesta, además de llevarse el éxito de su participación, los paraguayos lograron que Martha Elena Petersen Zúñiga, se consagre como la primera princesa de los inmigrantes. Así, la colectividad fue consolidando su presencia a través de las sucesivas ediciones.

Hoy cuentan con su casa típica en el Parque de las Naciones, que representa una vivienda española con las variantes impuestas por las características del clima paraguayo, entre las que se cuentan el corredor-yeré, una galería alrededor de la casa, con techos, pilares y arcos.

El lugar se inauguró bajo el nombre Patio alegre o Corapy ropy en idioma guaraní, donde se sirven comidas y bebidas tradicionales al paso y se sienten los acordes de la música paraguaya al son de las arpas.

La vestimenta paraguaya realza la elegancia de la mujer con el tipoí de ñanduty (tejido que imita al de la telaraña que se confecciona con bastidores; el aho poí, confeccionado sobre tela de algodón y tejido con agujas comunes. Además, llevan una flor sobre el lado derecho de la cabellera.

El hombre paraguayo viste tradicionalmente aho poí (ropa bordada), pantalones, botines o botitas y sombrero piry de paja.

Artesanías: en ñanduty y aho poí se fabrican prendas de gran valor artesanal: manteles, carpetas, colchas, cortinas. Además de la cerámica, tallas en madera, orfebrería y repujos de cueros.

En la fotografía, Carolina Noemí Correa Núñez, 18 años. Nieta de Paraguayos. Reina 2003 de la colectividad.
ROSI

1 comentario

BETO -

Muy interesante artículo Rosi. Hermosa la niña de la foto.

Gracias por participar.

Beto